ESPALDARAZO EUROPEO AL PAPEL REGIONAL EN LA POLITICA AGRARIA COMUN
Hoy me he llevado una verdadera alegría en el debate sobre la reforma de la política agraria común. Tras la aprobación en la comisión parlamentaria y los trílogos, habíamos empezado a detectar que la flexibilidad que se incorpora en el paquete legislativo que regula la Política Agraria Común, se estaba aprovechando por parte de algunos estados, incluido el español, para recuperar competencias que antes ejercían las regiones y tratar de recibir y gestionar desde las instituciones centrales todos los recursos europeos. Aquí no está en juego una cuestión de competencias sino de defensa de un tipo de producciones que son la base de un tipo la economía rural que hace de Europa un lugar diferente y atractivo. Están en juego pues las rentas de esos productores agrícolas y ganaderos, los estilos de vida en el medio, el trabajo de conservación del mismo que implica esa forma sostenible de producción y otras muchas industrias vinculadas. Algunas tan importantes como la gastronómica o la turística. Esta diversidad está también relacionada con nuestra diversidad cultural.
Por eso hoy he reclamado en Estrasburgo durante el debate sobre la reforma de la Política Agraria Común que los nuevos programas de la PAC garanticen la diversidad de las producciones agrarias europeas e incorporen el conocimiento y actuaciones de las regiones europeas que han sido claves hasta la fecha para el desarrollo rural europeo. El Comisario Ciolos ha recogido el guante y ha destacado que la flexibilidad que se recoge en la nueva PAC no está pensada para que los estados re centralicen competencias, sino para que fomenten y profundicen en esa diversidad que es una riqueza para Europa. Mejor escucharle directamente que os lo cuente yo, pero quedaros con el resumen:»Las regiones son básicas para que alcancemos los objetivos generales que persigue la PAC»
He preparado esta intervención tras comprobar que después de la aprobación de la nueva PAC en la comisión de agricultura del parlamento y la negociación en los trílogos posteriores, el ministerio español de Agricultura ha desarrollado varias iniciativas tendentes a unificar la política agraria y marginar las actuaciones y papel de las comunidades autónomas en la aplicación de la PAC y la personalización de los programas especialmente en materia de desarrollo rural. Esta tendencia ha sido reiteradamente denunciada por el Gobierno vasco en los últimos meses.
Por ello hoy he insistido en que el paquete legislativo sobre la política agraria común debería garantizar más la diversidad de la producción primaria en Europa y no por capricho. La diversidad es una de las bases de nuestra identidad, añade más valor a las producciones, y es básica para otras industrias como la gastronomía y el turismo de calidad que generan empleo y desarrollo sostenible. Es una cuestión cultural. Es en este ámbito primario donde se funden mejor tradición e innovación y en donde puede haber más oportunidades para la incorporación de jóvenes al sector.
También le he dicho al comisario que la dinámica iniciada por Cañete no nos gusta porque los estados miembros puedan centralizar los programas y unificar criterios para realidades muy distintas. En este sector las fronteras estatales y la uniformidad sobre ese criterio no se corresponden con la realidad productiva
Tampoco me gusta que en los fondos del primer pilar (pagos directos) la base territorial sigue teniendo demasiado peso, pero aplaudido en cambio «las novedades en el segundo pilar relacionadas con la innovación y la combinación de la PAC con otros fondos europeos», en la medida que esa posibilidad refuerza la posibilidad de crear actuaciones casi a la carta, desde las instituciones más próximas a los agricultores y ganaderos sin contravenir normativa europea.
Por eso me ha resultado muy estimulante que Dacian Ciolos haya dedicado más de un minuto de su respuesta a comentar esta inquietud. Para el Comisario rumano, «la flexibilidad que se consagra en la Política Agraria Común hacia los estados no está planteada para re centralizar las competencias, sino por el contrario para proteger y poner en valor la diversidad de los centenares de regiones que dan valor a nuestras producciones. Hay decenas de regiones que tienen especificidades y tenemos la voluntad política no solo de no destruir esta diversidad sino de protegerla y reforzarla. Tenemos que alcanzar los objetivos comunes gracias a la contribución de estas regiones.»
Las enmiendas que presentamos en su día e incluidas en los compromisos que acabaron siendo adoptados por el Parlamento Europeo se centraban en mejorar el papel de los productores, sus asociaciones y cooperativas ganan poder en el funcionamiento del mercado, mantener el papel de las regiones especialmente en los programas de desarrollo rural y garantizar un régimen de apoyo más intenso para las pequeñas explotaciones, las producciones de calidad y el relevo generacional.
Tras los debates la nueva PAC está más orientada hacia la rentabilidad de las explotaciones y la actividad económica del mundo rural, a la vez que profundiza en la ecologización. Reitero mi agradecimiento a la colaboración recibida desde las instituciones y el sector. Sin ese aporte, el apoyo técnico que nos has prestado y el intercambio de opiniones, que iniciamos en el seminario que organizamos en Bilbao para examinar la propuesta de la Comisión, no hubiésemos podido presentar las cerca de 200 enmiendas que aportamos a los textos, muchas de las cuales han sido aprobadas. Para que tengáis una visión general os adjunto la nota oficial que ha publicado sobre este proyecto el servicio de prensa del Parlamento Europeo.
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Cañete, Cañete, me parece que te estás pasando un pelín, majete. He seguido la negociación de la PAC y ya me olía yo que las enmiendas hispánas que llegaron en tromba planteando la posibilidad de que hubiese programas «nacionales» y «estatales» iba por ahí. A ver que dicen y hacen ahora estas buenas gentes.
Una preguntita, porque estos dias lo estamos discutiendo bastante los colegas, especialmente cuando el comisario de turno se pone la txapela politica y habla para defender los intereses de algun que otro Estado miembro (o sea, Espanha; o tal vez el Reino -por ahora – Unido):
En que articulo del TUE o TFUE pone que una entidad subestatal que se separe de un Estado miembro abandona «automaticamente» la UE? Porque mira que me he leido y releido los tratados, y buscado algun informe del Servicio Juridico al respecto… Y, oigan, nada de nada.
Y es que, puestos a hilar fino, pongamos por caso que Escocia abandona el Reino Unido. Para empezar, esta ultima entidad deberia cambiar de nombre, y pasar a ser conocida como TKFKAUK («The Kingdom formerly known as United Kingdom»), o algo por el estilo. O sea, que AMBAS nuevas entidades, producto de la separacion del antiguo UK, deberian abandonar la UE. O eso o… ah, que no existe prevision alguna al respecto en los tratados.
Pues bueno, pues eso.
Tienes razón Satanasico. Yo tampoco he encontrado precepto alguno sobre la cuestión en los tratados. He encontrado en cambio una durísima resistencia a hablar del asunto e incluso a plantearse legislar sobre el tema, porque sería la mar de complicado poner blanco sobre negro que un proceso de secesión impecablemente democrático, desarrollado por ciudadanos que, individualmente tienen la condición de europeos, condujese a la aparición de un nuevo estado formado por individuos que además han apostado por seguir siendo ciudadanos europeos y que paradógicamente crean un estado que no es miembro de la UE no se sabe sobre la base de qué argumentos jurídicos.
Como diría un «constitucionalista» hispano de pro, parace un caso de libro en el que priman los territorios sobre los ciudadanos y su voluntad, casualmente como en los regímenes instaurados por el pérfido nacionalismo separatista, que casualmente está pidiendo voz y estatuto para la vo,untad libremente expresada por la ciudadanía. Por eso en este tema no se sabe sobre qué base jurídica se argumenta, pero si se sabe sobre la base de qué arbitrariedad antidemocrática se impone una interpretación de de los tratados que sobrepasa la acepción de «lectura».
Encima como bien apuntas el estado al que afectase la secesión no sería el mismo. Es difícil no preguntarse porqué ese nuevo y diferente estado que hubiese sufrido la secesión si seguiría siendo miembro de la UE y el nuevo fruto de la misma secesión no. Se entiende menos aún, a la luz de lo que sucedió con la unificación alemana tras la cual la república federal alemana dejo de ser lo que era para convertirse en un país muy diferente desde la perspectiva al menos de la demografía y de la renta. Sin embargo a nadie se le ocurrió que la nueva alemania unificada debía ponerse a la cola para ingresar en la UE. Unamos a eso que algunos de los estados que tienen en estos momentos tensiones territoriales que podrían conducir a procesos de secesión pudieran dejar de cunmplir algunos de los criterios económicos que les permiten seguir siendo miembros de la UE y sin embargo parecen tener garantizado el sillón en el club,mientras que los posibles nuevos socios, que si cumplirían, serían expulsados al averno de los paises terceros, con suerte con estatuto de nuevos vecinos.
Está claro que en este debate primen mucho más los intereses que el derecho.